Desde siempre me ha gustado la Historia y la mitología griega y romana. Me fascinan los personajes, las historias, mitos y el mensaje que hay detrás de ellos. Por eso, cuando descubrí el libro “Las diosas de cada mujer. Una nueva psicología femenina” de Jean Shinoda Bolen, doctora en Medicina, Psiquiatra y analista junguiana, devoré el libro.
Lo que más me gustó fue, además de estar escrito por una experta en el tema, el abordaje de la Dra. Bolen sobre los arquetipos desde una visión exclusivamente femenina, aspecto que, hasta entonces, no se había contemplado. La mayor parte de la Medicina, aunque en la práctica real haya más médicas que médicos, continúa teniendo una visión androcentrista: ubicar al hombre en el centro del sistema y dejar a la mujer en un segundo plano. Es algo que ocurre en la actualidad y, obviamente, ocurría en el siglo pasado, cuando se empezó a hablar de arquetipos en la psicología analítica.
¿Qué son los arquetipos?
Según Carl Gustav Jung, psiquiatra y psicólogo suizo (1875-1961) es información del insconsciente colectivo que cada persona posee en su mente sobre temas que afectan a la sociedad en su conjunto. Por ejemplo, cómo debe ser una madre, un padre, el anciano sabio, la anciana sabia, el niño, entre otros.
Ahora te voy a confesar una cosa: no me gustan las etiquetas y considero que los arquetipos, mal entendidos, pueden considerarse una de ellas donde “soy así y siempre lo he sido” y “justifico x comportamiento porque soy x arquetipo” es un gran error. No deja de ser una actitud ciertamente inmadura y una excusa para “no quiero/puedo cambiar”, lo que hace creer que exime de toda responsabilidad de hacerse dueños de su propia vida.
Los arquetipos psicología femenina, desde mi punto de vista.
Los arquetipos deberían ser una manera añadida y divertida de acercarse al autoconocimiento ya que, la psicología femenina y las mujeres, somos mucho más complejas que la definición de un arquetipo. Éste puede servir para entender por qué hay madres sobreprotectoras con sus hijos porque tienen miedo de que les pase algo (rasgo de Deméter) y otras madres estimulan la independencia de sus hijos porque es un valor muy importante para ellas (rasgo de Atenea), por ejemplo. Y ambos perfiles son perfectamente funcionales (no estamos hablando de excesos), solo difieren en la importancia que le dan a su independencia, a la prioridad que se dan a sí mismas y a las relaciones con los demás.
Por eso hay mujeres que no tienen especial interés en estar en pareja (rasgo de Artemisa) y otras mujeres con rasgos de Hera no lo entienden porque para ellas no hay otra motivación en la vida que tener pareja (y si puede ser de un estatus superior, mejor). O por qué hay mujeres que con 60 años siguen siendo tan joviales como cuando tenían 20 años y les gusta rodearse de gente joven (rasgo de Afrodita). Lo importante en definitiva, no es saber cuál es el arquetipo predominante, si no cómo entiende cada mujer las áreas de su vida, cuál es su psique respecto al autocuidado, trabajo, familia, hogar, relaciones, amistades, pareja, maternidad, ocio, ambiciones, etc. Y para esto nos basamos en la psicología y el coaching. Saber qué rasgos tienes de cada diosa le pone el toque “chic” al proceso de autoconocimiento.
En resumen, lo más importante es unificar pensamiento, emoción y acción y respetar que cada mujer viva su vida y su feminidad desde donde se sienta más realizada.
Hasta pronto.


